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Si echamos un vistazo al congelador, podremos ver un reflejo de nosotros mismos. A menudo, la rutina nos impide ir a comprar con más frecuencia de la que debiéramos, por lo que nos incita a comer productos congelados. Pero lo que a menudo no sabemos es cuáles son los alimentos que se pueden congelar y cuáles no. ¡Toma nota!

  • Verduras: Congelar las verduras frescas es un gran error porque pierden su textura y su sabor. Los expertos recomiendan semicocinar o cocer las hortalizas antes de congelarlas.
  • Leche y sus derivados: No es recomendable congelarlos debido a que la leche puede cortarse una vez congelada.
  • Alimentos fritos: A menudo los alimentos comprados congelados como los san Jacobos, croquetas, etc., ocupan un lugar en nuestro congelador. No pienses una vez cocinados volver a congelarlos porque pierden todo su sabor y su textura crujiente.
  • Huevos: Son un alimento con el que hay tener mucha precaución especialmente en la época de calor. Si decides meter los huevos en el congelador, prepárate para limpiarlo cuando exploten y se produzca un mal olor que inundará tu cocina.
  • Frutas: Son uno de los alimento muy recurrente en verano. No se deben congelar debido a que al descongerlarlas pierden sus nutrientes y también adquiere una textura arenosa un poco desagradable.
  • Patatas: Tienen un sabor muy delicado, al congelarlas la fécula se deshace quedando demasiado blandas.
  • Pasta y arroz: Tienden a deshacerse al descongelarse arruinando totalmente su sabor.

Lo más adecuado es congelar las carnes y los pescados cuando los compramos frescos. No obstante las verduras sólo deben congelarse cuando se compren ya congelarse o una vez cocinadas. Con estos consejos, conseguirás comer sano y con todo el sabor.